viernes, 14 de enero de 2011

Cita con Roland

El pequeño Roland no levantaba dos palmos del suelo, no tendría más de 3-4 años y no hablaba pero si comprendía algo de español. Su cara se iluminó cuando mis hijos le invitaron con los ojos y señas infantiles a unirse a ellos en una piscina de plástico que teníamos en el patio de nuestra casa en Puerto Plata. Las ganas por zambullirse no le hicieron precipitarse. Cogió una pastilla de jabón (jabón de cuaba, similar al legendario Lagarto...), se quitó su poca ropa, y se dirigió a la manguera donde se enjabonó de una manera que yo no he visto jamás. Ni un milímetro de su pequeño cuerpo, incluida cabeza, quedó sin cubrir de espuma. Después, con esmero, lo aclaró (¡cómo brillaba esa piel de moreno intenso!) antes de compartir juegos de agua con Ana y Dani que por aquel entonces tenían más o menos su misma edad y se habían sumergido sin pensar ni dos segundos en su higiene personal.
Ahí bien visible, la diferencia entre crecer como niño malcriado e inconsciente (los míos a esa edad no se lavaban solos) o crecer con la responsabilidad de cuidar de ti mismo inculcada por algún adulto bien educado que algún día le instruyó o al que él mismo observó. Es una escena de hace unos 8 años cuando yo residía en República Dominicana donde los haitianos son la población inmigrante más numerosa.

Roland es de Haití y estaba visitando a su padre que malvivía en un edificio en obras colindante con mi casa de Puerto Plata. Vivía en Puerto Príncipe con su madre. No sé ahora mismo dónde está. La estadística me dice que es muy posible que él o alguien muy cercano hayan fallecido en alguno de los huracanes que han sufrido desde entonces, durante el terremoto de enero 2010 o, posteriormente, víctimas del cólera. Todo ello en el país que ya antes de todo eso era el más pobre de toda América.

Nadie merece tal cúmulo de desgracias. Uno de los lemas de la nación haitiana es "la unión hace la fuerza" ¿Qué tal si los países desarrollados se lo toman en serio y ayudan ? Fondos para la reconstrucción y ayuda para la estabilidad política en el país. Los haitianos son personas muy inteligentes y capaces pero necesitan apoyo para levantarse. ¿No lo necesitarías tú?



(vuelve a fallarme blogger con las fotos !!!!)

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por este articulo tan emocionante, triste y divertido a la vez. Gracias por compartir esos pensamientos con todos nosotros!! (Alicia)

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  2. Gracias por hacernos esta reflexión, ni siquiera nos damos cuenta de lo que tenemos, y ni siquiera nos lo hemos ganado, nos lo han dado simplemente por nacer en el lugar adecuado ... Esta si que es una loteria que ya nos ha tocado y encima no sabemos valorarlo.
    Un abrazo María, que sigas así de vital.

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