Me encanta fotografiar barrigas de esas que llevan un bebé dentro.....
El grato recuerdo que guardo de mis embarazos hace de esas sesiones ratos entrañables. Mirar atrás y compartir experiencias contribuye a relajar el ambiente y es que mis modelos no son profesionales de la pasarela, sino mujeres de carne y hueso que quieren conservar un recuerdo de ese momento irrepetible. Podrán haber más embarazos, pero ninguno es igual. Quieren aparecer con su mejor cara y esto no lo consiguen ni el maquillaje ni el photoshop...ser ellas mismas mientras pasan un buen rato suele ser la mejor receta.
Hace poco di un largo paseo con Carolina. Ella y Miguel Angel esperan con impaciencia el nacimiento de Máximo en dos semanas, salvo prisas imprevistas del pequeño protagonista. Todo fue coser y cantar... la cámara la adora. Paseamos, conversamos y, mientras tanto, buscamos diferentes fondos y luces que hicieran su bonita panza más guapa, si es que eso es posible.
Terminamos la sesión con algunas fotos más íntimas en su casa, buscando siempre la comodidad necesaria para que su rostro estuviera relajado y feliz. Las muecas y la tensión no son amigos de las fotos.
En breve llegará Máximo y nos encontraremos de nuevo para captar esas imágenes de su primer hijo que sin duda les acompañarán a lo largo de los años. Y es que el tiempo pasa volando y esos días no regresan.
¿Dije ya que me encanta fotografiar barrigas?... qué rabia no tener yo de las mías, cualquier día me "disfrazo" de embarazada y me hago una sesión.