miércoles, 9 de mayo de 2012

Me gusta Mallorca todo el año. Yates !!


Mi amiguita acreditada para los Superyacht Days de Port Adriano.
Algo enojada porque me gusta tanto hacer fotos con el iPhone !!
Los amigos de Ocean, que tienen a la venta y en alquiler unos yates de esos que quitan el hipo, me invitaron a visitar  el Mallorca Super Yatch Days que se celebró del 28 al 30 de abril en el remodelado Port Adriano y su nueva marina diseñada por el prestigioso Philippe Starck. El evento pretende activar el comercio de navegación de lujo y nos reafirma como destino en ese escaparate tan interesante.  Es importante mostrar a las compañías que se dedican a este mercado que nuestra isla tiene instalaciones a la altura de lo que sus clientes demandan.
Mallorca es para todos, todo el año.

Port Adriano
Mucha madera en la zona de comercios  y restauración desde la que se contempla una panorámica preciosa
Como paseante, cámara en mano, la primera impresión es muy agradable. Zonas muy amplias, mucha madera y espacios diáfanos que permiten una panorámica estupenda del mar, el cielo y los barcos.
Sobre el Palmire, con el Julie Marie al fondo. Tenemos que abordar sin zapatos.
A bordo del Palmire. Está a la venta.....la verdad es que es precioso, no le falta ni un detalle. 
Un mundo que no es para todos los bolsillos. Y, sinceramente, después de ver alguno de esos barcos ya no me resultan tan inexplicables los números que se manejan. No hay que hacer muchos cálculos para entender cómo se llega a los aproximadamente 75,000 Euros que me contaron que cuesta una semana en el Clear Eyes que es el yate que más me gustó. Con capacidad para 10 pasajeros y 8 tripulantes, este barco es bonito además de acogedor, con una distribución que me pareció muy cómoda. Habían otros más grandes, yo más que yates les hubiera llamado"cruceros", pero a mi me robó el corazón este preciosísimo velero y parte de su tripulación que se encontraba a bordo cuando la visité. Me contaron que pasan en el mar la mayor parte del año, que no solamente no les pesa estar tanto tiempo fuera sino que el mar es su pasión y que llegaban a Mallorca procedentes del Caribe....ahí es nada. Por un ratito pude imaginarme a mi misma disfrutando de esa maravilla....ufff, qué difícil elegir a mis 9 acompañantes.... ;-) pero bueno, no habrá que romperse la cabeza hasta  que mi economía esté "pelín" más saneada......

El Clear Eyes fue el que más me gustó. La cubierta es una maravilla.


Nuestra Mallorqueta en los mapas de la navegación de lujo

Verle navegar ya debe de ser un espectáculo. La web de Ocean Independence la compañía que lo chartea (el Clear Eyes no es uno de los yates a la venta sino que se alquila por semanas) tiene algunas fotos impresionantes con las velas desplegadas. También de las estancias (y creedme, son tal cual se ven en las fotos), pero yo no pude resistir la tentación de hacer algún que otro disparo aunque no tuviera equipo de iluminación conmigo......

La cocina del Clear Eyes. Espaciosa y muy funcional. 
El dormitorio principal del Clear Eyes. Maderas nobles y todo extremadamente cuidado.

Bueno, hay de todo. Desde pequeños barcos deportivos en la parte más cercana a la entrada a la marina, hasta los grandes yates que forman parte de la exposición.

El nombre del yate WHY WORRY I  me llama la atención.
Supongo que si vas en uno de estos debería ser natural preguntártelo 

Tomando el sol después de la visita con vistas espectaculares

sábado, 5 de mayo de 2012

¿Bailas?

Merirous por los suelos. The Ballet Project es un servicio fotográfico dirigido a escuelas y grupos de baile de todo tipo. 
Somos muchos los que pensamos que siendo el cuerpo el instrumento de la danza, no se baila tanto con él como con el corazón. No puedo imaginar el baile sin pasión (existir imagino que existe, pero no se llama igual). 

Llevar el cuerpo a que realice movimientos increíbles como si fueran naturales y carentes de esfuerzo requiere horas y horas de práctica. Esta dedicación y sacrificio enseña de la mejor manera a los más pequeños valores tan importantes como la perseverancia. La recompensa tan intangible pero a la vez tan valiosa que significa pasar del "no puedo" o "es imposible" a un "lo logré" genera una satisfacción difícil de explicar pero que se puede trasladar a muchos ámbitos de nuestras vidas. 

Son infinitos los ritmos y muchos los estilos. 
Pienso en la elegancia del ballet clásico, del que sé muy poco más allá de que me encanta. Observo cómo se desarrollan las clases, desde las de iniciación hasta las avanzadas, se me pasan volando. No importa el nivel, una tiene claro desde el principio que la cultura del mínimo esfuerzo no es bienvenida sobre el parquet y frente al espejo. 
En la sesión de l@s más pequeñ@s me sorprende la perfecta uniformidad y comportamiento, respeto total a las indicaciones de la profesora a la que miran atent@s e imitan una y otra vez. Muy de vez en cuando pillo a alguna mirada curiosa a mi cámara que rápidamente se retira al sentirse descubierta.



En grupos un poco más avanzados no se pierde ni medio segundo. Baile, baile y más baile. Desde el calentamiento hasta el final de la clase tod@s están concentrad@s. Me ignoran y eso hace mucho más interesante mi trabajo. Se adivina algo de dolor en sus rostros después de estirar esa pierna un poco más allá o de realizar un ejercicio más prolongado. La profesora corrige posturas y les lleva a lugares nuevos a los que nunca pensaron llegar....pero llegan. Equilibrio sobre puntas, desafiando a la ley de la gravedad.

Puedes encontrar más ejemplos de The Ballet Project en www.merirousblyton.com
Total, que me encanta todo lo que veo, que The Ballet Project ha llegado para quedarse, para acompañar clases, ensayos y espectáculos de todo tipo y ayudarte después a recordar

¿Bailas conmigo?