No hace mucho leía en el blog de Miguel Angel Violán sobre la existencia de unas jornadas en una escuela de negocios de Barcelona sobre "Cómo ser feliz".
En lo personal encuentro ese tipo de enseñanzas muy inspiradoras y seguramente interesantes para los que disfrutamos observando los comportamientos humanos (quizás por ello me gusta fotografiar a las personas.....). Esos conceptos teóricos nos ayudan a ponerle nombre a las cosas que vemos cada día, incluso a analizar nuestros propios comportamientos e intentar racionalizar nuestros sentimientos, si es que eso es posible. Pero no creo que el conocer estos supuestos "pasos hacia la felicidad" sea suficiente para saber aplicarlos en nuestras vidas, tan ligadas a nuestras experiencias desde el vientre de nuestras madres.
La vida de cada persona está compuesta de momentos, muchos, en los que experimenta o no eso tan difícil de definir que es la felicidad. En muchos casos son experiencias placenteras pero en muchos otros no lo son. Nuestra capacidad de disfrutar las primeras sin minimizarlas ni aplazarlas y de asimilar las segundas sin recrearnos demasiado en ellas es para mi fundamental. La Paz interior y la espiritualidad, ser coherente con nuestras ideas y sentimientos, querer y sentirse querido, tener autoestima,... no sé cuál de estos conceptos es el más determinante, quizás el que mejor los engloba es el de Paz interior (si, si, Paz, en mi ortografía personal siempre va con mayúscula).
¿Realmente a uno le pueden enseñar a ser feliz?
Como muy bien indica Miguel Angel, la llave está en nuestro interior. Leyendo este fragmento de "El Jardinero" que se parece tanto a lo que pienso pero no sé explicar, llego a esa misma conclusión.
“Siempre hemos sido felices, pero sólo nos damos cuenta cuando ha pasado el tiempo, y la distancia nos permite ver la totalidad de lo vivido.
ResponderEliminarCuanta razón, a mi me sucede cuando pienso en la niñez, cuando pienso con mis padres y recuerdo las cosas vividas junto a ellos...entonces es cuando me siento más feliz!!!
El presente me da otro tipo de felicidad, la felicidad que encontraré en el futuro a través de mis hijas.
Las vías son distintas pero el resultado, la felicidad, el mejor de los negocios. ¡Besos para María Rosa!
ResponderEliminarMiguel Angel Violán
Gracias por los comentarios..... no podría estar más de acuerdo con ambos. Saludos desde una Mallorca teñida de color "rojo felicidad".
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